Me llaman Erasmus (XXIV): Viaje final de Erasmus

Con este título que en sí es una redundancia finalizo mi sección «Me llaman Erasmus» la cual la inicié hace ya casi 10 meses. En todo este tiempo he intentado actualizar el blog con crónicas de todas las salidas fotográficas que he ido realizando tanto en Bratislava como entras ciudades europeas.


Eran principios de Junio y aunque no queríamos, veíamos muy cercano el fin del Erasmus por lo que era momento de organizarse un buen viaje de despedida. Por esta razón al final me pegué dos viajes casi seguidos, uno con los gallegos Pablo e Ivo por Italia y otro con Sara por Eslovenia, Croacia, Trieste y parte de los Balcanes.

Como del primer viaje no tengo fotos ya que no me llevé la reflex (craso error al haber visitado Florencia) sólo pondré las del segundo.

Para este «último último» viaje sólo habíamos organizado que ver y donde dormir para unos 5-6 días con la posterior intención de comprar el interail «Balkan pass» y volvernos para Bratislava unos 9 o 10 días después del inicio. Al final se nos fue de las manos e hicimos un viaje de nada mas y nada menos que de 13 días.

El viaje empezaba en Bratislava donde cogeríamos un bus a Viena para poco después ir directos a Zagreb, capital croata y residencia de nuestro amigo Jasmin que nos daba cobijo.
Al llegar, Jasmin nos estaba esperando en la plaza central de la ciudad ejerciendo de «marcador» en un torneo se Street basket.

Cómo veis poco mas hay que enseñar de la ciudad que no haya enseñado en la entrada Me llaman Erasmus XXIII.

Después de pasar la noche y desayunar en Zagreb nos tocaba coger un bus hacia Ljubljana, la capital eslovena.

Pero aprovechando la cercanía de Trieste, última ciudad italiana y que teníamos donde dormir por 0€ (gracias Gorri y Maialen) decidimos pasarnos un par de dias y así ver un país mas XD

Baños, buena gente y buena comida nos encontramos en Trieste pero Ljubljana nos seguía esperando:

Otra toma desde la misma posición, pero esta vez con la técnica HDR de 3 fotografías.
Y otro HDR
De noche, el vuelo de los mosquitos alrededor de la luz debajo del puente.

Después de un día y medio en la capital de Eslovenia nos desplazaríamos mas al interior, concretamente a Bled con la intención de encontrarnos con su espectacular lago. Pero para ello nos esperaban unas horillas de bus.

Pero el trayecto mereció la pena…

Y al día siguiente, mas nublado pero igual de bonito:

Después de dos días de completo relax en el lago no tocaba pasar uno prácticamente dentro de un autobús, destino Zadar (en la costa croata)
Tampoco dispongo de muchas fotos de esta ciudad debido a que estuvimos todo el día en la playa y que en esa misma noche partíamos (de nuevo en Bus) hacia Dubrovnik, el buque insignia de la costa de Croacia y nuestro enlace a los Balcanes.

De repente nos encontramos con una procesión de boda, con banda y todo tocando música balcánica, muy típica en toda aquella zona.

La noche se acercaba y teníamos que coger un bus, esta vez solo durante 6 horas, para llegar a Dubrovnik.

Cómo no
Atiende al cuerpazo (típica cara de sol-mirar de lejos)
Las vistas desde nuestro apartamento.

Después de día y medio tocaba volver a hacer las mochilas y cómo no, coger otro autobús. Nuestra intención era viajar a la capital del país vecino Montenegro para para comprar el Balkan Pass, eso sí, pasando antes por Herceg Novi, la primera ciudad montenegrina, muy bonita por cierto:

Finalmente llegamos a Podgorica, la capital, o como yo le llamo Alcazar de San Juan hace 20 años. Efectivamente un señor funcionario «balcánico balcánico», fumando puro en su pequeña «oficina» con un ordenador con MS-DOS no fue capaz de vendernos el Balkan Pass, así que nos tuvimos que desplazar a la siguiente capital del país vecino Serbia, bah sólo eran 9 horas en tren (con cama, eso sí)

Ese día empezaba una rutina que seguiríamos los siguientes días, dormir en trenes toda la noche y por el día visitar la ciudad en cuestión.

Estamos en Belgrado!!

 

Y como teníamos libertad de movimiento en tren durante todo el día decidimos pasar la noche en Novi Sad un pueblo serbio, aunque en realidad es la 3º ciudad de Serbia, totalmente distinta a lo que habíamos visto en Belgrado. Esto era debido a la concienzuda reconstrucción de todos los edificios e infraestructuras de la ciudad. Además esta ciudad es conocida por albergar el festival EXIT uno de los mas importantes a nivel internacional.

El festival se celebra entre las murallas de un viejo fuerte de origen medieval justo cruzando el rio:

Después de comer y aprovechando su reciente construcción decidimos ir a la playa artificial en la orilla del rio, un sitio muy bien «apañao»

Y así pasamos la tarde, hasta que volvimos a la capital para cogernos un tren nocturno que nos llevaría a Skopje, la capital de Macedonia, que no de la macedonia. Una ciudad que nos sorprendería por sus contraste con lo hasta ahora visto, una ciudad europea que no parece serlo y es lo que la hace atractiva.

Uno de los muchos tés o chais que nos tomamos:

Después de haber visitado el mercado, el zoco y prácticamente toda la ciudad nos tuvimos que volver a Belgrado ante las malas conexiones que había para ir a Rumania, nuestro siguiente destino. Así volvíamos de nuevo a Serbia y como en la capital también había playa artificial, allí que pasamos el día. Llevábamos mucho estrés como para hacer otra cosa… XD

Me salto al parte de ir durmiendo en el tren y de los múuuuultlipes funcionarios de aduanas con los que nos encontramos…

Y ya en Belgrado, en la misma ventanilla en la que habíamos estado ya tres días distintos supimos que nuestro viaje llegaba a su fin. Nuestra de idea de ir a la costa rumana, después a Bucarest y volver a Bratislava se desvanecía debido a los enormes precios del billete, que contra todo pronóstico había que pagar de mas teniendo el Balkan Pass. Por lo que confeccionamos nuestra vuelta a casa eslovaca, tren nocturno a Budapest y de allí nuestro querido bus de Student Agency nos llevaría a Bratislava.

Justo en los últimos momentos en los Balcanes se ponía a llover, durante todo el viaje el tiempo no sólo nos había respetado si no que había sacado sus mejores galas para ponernos morenos.

Y hasta aquí llegó nuestro viaje, 13 días de viaje por un cuarto de Europa, Viena, Zagreb, Ljubljana, Trieste (y Koper), Bled, Zadar, Dubrovnik, Heceg Novi, Podgorica, Belgrado, Novi Sad, Skopje, Budapest y Bratislava. Una travesía, según Google Maps, de casi 3.000km con un tiempo perfecto y una compañía aún mejor y con una reflex colgada del hombro.

Después de un breve periodo de descanso de las vacaciones (aunque suene raro era necesario) había que coger fuerzas para acabar todo el papeleo restante y todas las tareas de última hora para volver, esta vez sí, a casa manchega.

Los últimos días fueron raros, te hacía y no te hacías a la idea de que te ibas, de que aquello se acababa, se acababa algo que no podrá volverse a repetir.
Me despedí de toda la gente que pude pero menos de la que quise. Un placer haber estado este pedazo de mi vida rodeado de la gente con la que he estado y de los lugares en los que me he hallado.
Por suerte para mí, un pedacito de ese Erasmus me lo guardé en el bolsillo y me lo traje para España 🙂

Y con esto se cierra y sección de mi vida y de mi blog, espero que lo hayáis disfrutado o que al menos os haya gustado. Sin más, decir que, acabado un periodo hay que empezar otro y eso es lo que haré y he hecho con el blog. Durante las siguientes semanas podréis encontrar el portfolio diario en estas páginas. Así que nos seguiremos viendo siempre que queráis.

¡¡Agur amigos!!

6 Replies to “Me llaman Erasmus (XXIV): Viaje final de Erasmus”

  1. Jorge! por un momento había pensao que me habías pillao ajjaja.

    Oye me ha gustado mucho también tu última entrada, totalmente de acuerdo

  2. ¡Qué bonito! Se nota que has estado genial allí pero no estés triste 🙂 ¡Me encantan tus HDR's! 😀

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