Ya es Otoño en Zaragoza

Después de pasar un año en Alicante donde viví en un primavera constante y seca, el cuerpo ya me pedía algo de frio y lluvias y al igual que yo, la cámara.

Es una gozada salir a la calle (o asomarme a mi pedazo de ventana con vista al parque Pignatelli) y ver los árboles en tres tonalidades de color y ver cómo incluso la luz de las tres de la tarde es cálida y nada plana.

 No es una pato, no es una gallina es… ¡un gallipato!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En ese momento un anciano salvaje apareció. Nos enseñó a su perro artista «Tobi»

 

El cual era capaz de saltar, ponerse de pie, subirse a espaldas de ancianos salvajes…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y colorín colorante este entrada se ha acabado.

Espero que nos veamos pronto en Me llaman Trípode. Hasta entonces… ¡Agur amigos!

 

 

 

 

 

 

 

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