Trípode nuevo, atardacer despejado, buena temperatura, muucho tiempo libre y mas de 15 dias sin hacer fotos, era el momento perfecto para una sesión de fotos nocturnas por la capital de mi Erasmus.
En una mochila el trípode con el disparador, en otra, la cámara y enfrente un cielo tan naranja que podía curar un resfriado. Y debajo de este el paseo del Danubio en el que no paraba de pasar gente.
Con la inestimable ayuda de:
Hasta aquí llega esta entrada que debería haber aparecido mucho antes por estos lares pero me ha sido imposible con tanto ajetreo, ajetreo que por supuesto veréis documentado por fotos en breves en Me llaman Trípode.
¡Agur amigos!
Simplemente… PRECIOSAS!! Aunque gran mérito es del impresionante lugar!
Un besito!!
Geniales!!!!!
Enhorabuena; me han encantado.